abril 09, 2007

Sobre los ríos y sus cauces.......

Zaragoza, 3 de abril de 2007

La Fundación Nueva Cultura del Agua recuerda sus reflexiones sobre las inundaciones

La Fundación Nueva Cultura del Agua – FNCA - , ante la situación de alarma que se está generando en la población de la cuenca del Ebro por las últimas inundaciones, quiere recordar que la actual crecida del Ebro y de sus afluentes es un fenómeno que entra dentro de la normalidad de un río mediterráneo como es el Ebro.

Ya hace cuatro años, la FNCA organizó un seminario de reflexión bajo el título “El problema de las inundaciones: claves, razones y soluciones”, donde se recordaba que las avenidas y las inundaciones de los grandes ríos forman parte de su dinámica natural y son indispensables para el “buen estado ecológico” de los mismos. Además, proporcionan innumerables beneficios para el conjunto de la sociedad y no suponen, en estado natural, un peligro intrínseco para la vida de las personas, especialmente si contamos con los dispositivos de alerta y de protección existentes, que en general funcionan adecuadamente.

Dado que la imagen social generada está produciendo cierto alarmismo, queremos recordar que las medidas que se reclaman para “controlar” el río se han mostrado a todas luces ineficientes en situaciones de grandes crecidas. Los embalses tienen una capacidad limitada para laminar las avenidas ordinarias, dependiendo de su situación, y casi nula para las extraordinarias. En todo caso para cumplir esta función, la mayoría de nuestros embalses, además de ser numéricamente insuficientes, tendrían que estar permanente en una situación de llenado inferior al 50% de su capacidad, incluso vacios, algo que afectaría obviamente a los intereses hidroeléctricos, y a los agricultores y ganaderos, que en el caso del Ebro son principales consumidores de agua en la cuenca. La rotura de los diques o motas durante las avenidas constituye el mayor peligro para las vidas humanas, y tanto la construcción de diques de defensa como de embalses son medidas que acaban generando una falsa sensación de seguridad que favorece la invasión de la llanura de inundación por parte de las actividades humanas.

Ante esto, la FNCA, ya hace cuatro años, viene proponiendo las siguientes medidas:

1.- Es imprescindible y urgente:
a) el deslinde del dominio público hidráulico y de la zona inundable por avenidas no sólo ordinarias sino también las extraordinarias
b) inventariar las actividades que hay dentro de ese espacio, así como los obstáculos construidos por el ser humano al flujo natural del agua en la llanura de inundación (puentes, pasos en terraplén, etc)
c) determinar cuáles de esas actividades y usos son ilegales y alegales
d) hacer una recapitulación de las pérdidas en la historia reciente, al objeto de situar la alarma social en su verdadero lugar.

2.-
Se debe dotar al río de un espacio de libertad fluvial para que pueda cumplir sus funciones de laminación natural de las crecidas ordinarias y extraordinarias, y de las ocurridas por causa de eventuales accidentes.

3
.- La función laminadora de las avenidas desarrollada por la llanura de inundación del Ebro es potencialmente más efectiva que la de los actuales embalses de la cuenca y sería incomparablemente mayor si se estableciera ese espacio libertad, que sería algo tan simple como retroceder las actuales y peligrosas motas de defensa, cien metros más alejadas del cauce que las actuales. Esta realidad y estas propuestas parece que no quieren ser entendidas por quienes toman las decisiones. La alternativa sería una oleada de embalses, del orden de uno en cada cuenca que superase los 200 km2 de superficie, es decir, lo que se llama “matar moscas a cañonazos”. El problema no es del río ni del clima; es un problema de torpeza humana; es una cuestión simple de ordenación del territorio.

4.-
La persistencia del uso agrícola tradicional en la llanura de inundación favorece la función laminadora de la misma, por lo que debe ser apoyada y potenciada. En las zonas establecidas como “dominios de libertad del río”, las situadas entre el cauce y los nuevos diques, no sería incompatible con su uso agrario, aceptando por supuesto el riesgo que periódicamente se asumiría, si bien su destino de mayor interés social e hidrológico sería dejarlas que se fueran convirtiendo en espectaculares bosques de ribera, en los sotos que antaño destruimos.

Estas medidas de gestión, que son de simple sentido común, han sido aplicadas con éxito en países a la vanguardia del conocimiento hidrológico, como los EEUU (rio Mississippi – Missouri) y Alemanía, en el Rhin.

Para más información:
http://www.unizar.es/fnca
fnca@unizar.es

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