febrero 21, 2007

HISTORIA DE LA SIERRA DEL TABLAO (BOROBIA)
EXPROPIACIÓN DE UN SIMBOLO HISTÓRICO DE REPARTO DE LA TIERRA

Desde la aprobación del expediente de expropiación de la Sierra de Tablao (Borobia) para investigar una mina de magnesitas se han vertido multitud de argumentos que justifican la oposición de la población afectada a este proyecto. En estas líneas queremos añadir también razones históricas para que la Junta de Castilla y León paralice este proyecto.

Los lugares, como las personas, tienen una historia propia y la historia de la Sierra del Tablao no es menos rica que su geografía.

Desde el siglo XV y hasta principios del siglo XX (concretamente hasta 1936, en plena Guerra Civil española) la ladera Sur de la Sierra del Tablao (unas 1.600 Has) y otras zonas del pueblo de Borobia formaron parte de un latifundio, cuya propiedad estuvo ligada a los mariscales de Castilla, de manera que las tierras cultivables para los vecinos de Borobia eran bastante escasas, razón por la que nuestros antepasados alternaban para subsistir periodos de trabajos agrícolas y pastoreo con otros oficios temporeros: cuadrillas de esquiladores, jornaleros, trabajos en las remolacheras de Aragón y Navarra. En todo este tiempo, no obstante, hubo una constante reivindicación social para que las fincas de la Dehesa del Tablao pasaran a los vecinos de Borobia, así a principios del siglo pasado se producen momentos de gran conflictividad social y los jornaleros ocupan la Dehesa. Llegamos al año 1936 y su último propietario oferta al Ayuntamiento y al pueblo de Borobia la posibilidad de comprar esta tierra. Todos los vecinos se vuelcan para adquirir una parcela haciendo esfuerzos económicos ingentes: la gente se empeña y el que no tiene dinero lo pide prestado,.…así, el latifundio de la Sierra del Tablao se divide en 16 quintos en los que participan en “régimen de proindiviso” la mayor parte de las familias de Borobia. Este esfuerzo de nuestros abuelos forma parte de la historia de cada familia y de la conciencia colectiva de este pueblo.

Borobia lleva años practicando el llamado “crecimiento sostenible” del que todos hablan y nadie se cree, y haciendo un esfuerzo por no perder sus señas de identidad (les remito al disco “La persistencia de la memoria” cantado por nuestros mayores) en el convencimiento de que el respeto al patrimonio que nos ha sido legado ayuda a resolver los problemas planteados en el presente. El expediente de la mina de Borobia si algo nos ha enseñado es la ignorancia escandalosa que el Gobierno de la Junta de Castilla y León tiene de la historia y de la realidad sobre la que decide. Por eso necesitamos recordarles que, también porque la Sierra de Tablao es un símbolo histórico de reparto de la tierra que termina con un latifundismo de siglos, sería intolerable que fuera expropiada. En una sociedad democrática la “utilidad pública” y el “interés general” hay que demostrarlos y no instrumentalizarlos con fines partidistas y personales.

Todo indica que la Junta de Castilla y León se va a pronunciar a favor de la expropiación de la Sierra del Tablao y la explotación de la mina, una vez pasen las elecciones. Los argumentos legales formales y los silencios cómplices de los responsables provinciales y regionales así nos lo indican. Todos se remiten a la legalidad como si no supiéramos que la autorización para este proyecto no depende de la ley sino de la voluntad política de quien interpreta esta ley. Una legislación minera que es, por cierto, el último reducto de leyes anteriores a la Constitución y que urge ser revisada.

Si hablamos de legalidad, ésta, en su sentido amplio, se halla de parte de los pueblos afectados porque estamos defendiendo derechos esenciales, naturales y constitucionales. El Patrimonio Natural y las reservas de agua del entorno del Moncayo soriano que este proyecto minero pone en peligro son un bien público que no solo pertenece a los 35 pueblos afectados, sino también a todos los sorianos y castellanoleoneses.

Los pueblos del entorno del Moncayo soriano con Borobia y Ciria a la cabeza estamos esperando la campaña electoral del PP, a ver con qué argumentos sus candidatos, que nos han ignorado sistemáticamente en este tiempo, van a pedir nuestro voto. Si algo nos han demostrado es que el pueblo de Borobia no tiene ni el Delegado Territorial ni el Gobierno Autonómico que se merece.
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Pero que tomen nota de nuestra memoria histórica porque somos “persistentes” y no olvidamos, aunque no nos engañamos, este es un episodio más de la lucha entre la política del dinero y el ejercicio autoritario del poder contra la política de la razón y los derechos básicos del hombre.

Juana Ruiz Modrego, vecina de Borobia e integrante de la Plataforma en defensa del agua y la tierra (a titulo personal).

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