El río Manubles tiene un afluente. Es el río Caraban, al que desde hace muchos años en Bijuesca se le llama barranco Caraban ya que por ahí solo pasa con agua si ha llovido mucho en la comarca. Este río nace en Carabantes (Soria) y desemboca, cuando baja agua por él, en el Manubles a su paso por Villalengua.
No hace mucho tiempo la CHE (Confederación Hidrográfica del Ebro) le coloco una estación de medida, que por cierto todavía sigue mising y sin datos de caudal, y con no se que intención ya que este año los habitantes de Carabantes han tenido que emplear agua llevada con cisternas.
Bueno... el caso es que hoy aparece en el Heraldo una noticia sobre el Caraban. Por lo visto en el Pacto del Agua que se hicieron también al Caraban le colocaban un pantano de 10 hm3 (10.000.000 m3). Y claro, ya he dicho, por el Caraban no baja agua asi que para llenarlo tendrían que hacerlo como con el río Grio y su pantano de Mularroya, con agua del Jalón, en este caso ahora con agua del Manubles.
Precisamente hoy también Coagret ha emitido una nota de prensa sobre las obras del Pacto del Agua:
COAGRET afirma que la CHE debería llevar más allá la propuesta de racionalizar la gestión de la cuenca, y aplicar los mismos criterios a los grandes embalses en fase de ejecución
Dicen estos días los medios de prensa que el nuevo Plan de Cuenca del Ebro propondrá revisar la utilidad de los pequeños embalses, la Coordinadora de Afectados por Grandes Embalses y Trasvases (COAGRET) piensa que la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) debería llevar más allá la propuesta de racionalizar la gestión de la cuenca, y aplicar los mismos criterios a los grandes embalses en fase de ejecución. Son embalses cuya racionalidad o necesidad está tan en entredicho o más que las pequeñas obras de regulación que ahora ya no parecen ser necesarias.
Embalses como Biscarrués y Mularroya o los recrecimientos de Yesa o Las Torcas pueden ser sustituidos con ventaja por actuaciones más eficaces y menos impactantes social y ambientalmente; o simplemente ya no existe, a estas alturas del siglo XXI, la necesidad que los demandaba, en algunos casos hace más de medio siglo. En ese tiempo todo ha cambiado en España y Aragón excepto la obsesión por las grandes infraestructuras hidráulicas, que siguen ahí como el dinosaurio del cuento de Monterroso.
Desde COAGRET vemos que las propuestas de la CHE se quedan muy cortas si lo que se quiere es mejorar la calidad ambiental de nuestros ríos, y racionalizar la gestión de la cuenca y sus usos.
COAGRET siempre ha defendido aplicar criterios de racionalidad en la gestión de la cuenca, y eso nos ha llevado a proponer alternativas menos lesivas, más baratas y de mejor gestión a las grandes infraestructuras de regulación. Desde las asociaciones que componen COAGRET, los afectados, se propusieron y defendieron las alternativas a Santaliestra y Torre del Compte, lo mismo que al recrecimiento de Yesa y a Biscarrués. Solo la inflexibilidad de los beneficiarios de estos últimos ha impedido llegar a los acuerdos que han beneficiado a los primeros. En el caso de Mularroya la inflexibilidad es máxima al no considerar siquiera la posibilidad de darles voz en la Comisión del Agua, que esta legislatura parece haberse afogado. (*)
Por otra parte el documento de la CHE confirma algo que desde COAGRET veníamos diciendo desde hace mucho tiempo, que hemos superado la capacidad de los recursos, y que es absurdo intentar sacar más agua que la que pueden dar los ríos. Y esto incluye al Huerva y al Jalón, cuyas demandas superan los caudales anuales, lo que hace absurdo proyectar embalses en ambos ríos.
La información de prensa deja en evidencia a la CHE, que reconoce que hasta ahora no se ha aplicado la Ley al no asegurarse de la viabilidad social, económica y ambiental de estos proyectos, calificados de interés general.
En consecuencia desde COAGRET solicitamos a la CHE que estudie también la viabilidad de los embalses en curso, ya que no se ha hecho hasta ahora, y renuncie a finalizar aquellos inviables social, económica o ambientalmente. Esto hubiera ahorrado la vergüenza del Val, el primer embalse inútil del Pacto del Agua o el ninguneo hacia los ciudadanos de Lechago que no merecen siquiera la aprobación del proyecto de restitución por ese embalse, ya no digamos la ejecución.
Como ya dijimos en las alegaciones a las Bases de la Política del Agua de Aragón, el concepto de "reserva hidráulica" es un absurdo que se ha obstinado en perpetuar la clase política aragonesa. La realidad de la cuenca, sus necesidades y las perspectivas futuras han puesto en su lugar ese concepto y la cifra "mágica" de 6.550 hm3: el cubo de la basura. En buena lógica eso políticos deberían cambiar el Estatuto de Autonomía para eliminar esa mancha de la Carta Aragonesa.
(*) ahogado, en aragonés
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.